Cómo surgió el yoga y en qué consiste
Hay varias versiones que explican el surgimiento del yoga. La más popular llama su progenitor al filósofo y escritor indio Patanjali, autor del Yoga Sutra.

Según la interpretación clásica, el yoga afecta en primer lugar al pensamiento y fomenta el desarrollo espiritual, establece una conexión entre el hombre y la naturaleza. Las asanas -ejercicios estáticos- sirven más bien como herramienta auxiliar para la recuperación del organismo. A grandes rasgos, la respiración y las prácticas meditativas son responsables de la fuerza del espíritu, mientras que las asanas son responsables de la fuerza del cuerpo.

En 2014, la Asamblea General de la ONU declaró el 21 de junio Día Internacional del Yoga. El primer ministro indio Narendra Modi se dirigió a los estados miembros de la ONU con esta propuesta, y 175 estados la apoyaron. La fecha se eligió por una razón: el 21 de junio es el día del solsticio, el más largo del año. Desde 2015, cientos de miles de personas de todo el mundo se han reunido en diversos lugares para practicar yoga, compartir experiencias y, simplemente, pasar un buen rato.

Tipos de yoga
Notable interés en Occidente, la enseñanza despertó a finales del siglo XIX. En Rusia, la literatura especial apareció a principios del siglo XX, pero luego se convirtió de alguna manera no al yoga, por lo que la práctica ganó popularidad sólo a finales de los años 80.

Hoy en día hay muchos cursos, escuelas y corrientes. Entre los gurús del yoga hay estrellas mundiales, entre ellos Tyra Stiles, Katherine Buedig, Duncan Peek, Cameron Shane – estas personas crean sus propios programas, combinando prácticas antiguas con elementos modernos de fitness.

Echemos un vistazo a las direcciones que se pueden encontrar en la mayoría de los estudios:

Hatha yoga. En general, cualquier ejercicio de yoga es hatha. Se cree que dio origen a entrenamientos más “seculares”: pilates, bodyflex, estiramientos. Pero en los estudios el hatha suele señalarse como un tipo aparte: por regla general, es una clase ideal para principiantes. Aquí no se carga de filosofía, las asanas se realizan sin prisas, nadie retuerce a los alumnos. Es un buen lugar para empezar.
Vinyasa flow yoga. Esta es una carga más dinámica – asanas aquí están conectados en paquetes, que se realizan en un cierto ritmo, la inhalación-exhalación. Los fans de vinyasa-flujo dicen que la clase se lleva a cabo en un estado de algún tipo de flujo, lo que le permite despejar su mente de trabajo y reiniciar. Y también sentir cómo funciona el cuerpo.
Ashtanga vinyasa yoga. Si quieres perder peso, este es el lugar al que debes acudir. También carga dinámica, de nuevo combinaciones de asanas, pero se realizan en series y una hora y media seguida. Para hacer frente a la clase, se necesita una buena forma física. Pero el cuerpo se vuelve fuerte, flexible, resistente y -¡hurra! – alivio.
Terapia de yoga. Es necesaria para quienes ante todo quieren mejorar su salud, y se recomienda a todo el mundo por la suavidad del enfoque. Por supuesto, si se está siguiendo un tratamiento médico, la terapia de yoga no puede sustituirlo, pero puede eliminar pinzamientos musculares, dolores de espalda y cervicales.

Yin yoga. Entrenamiento estático máximo: las asanas se mantienen hasta 15 minutos. ¿Por qué? Tal carga le permite estirar los ligamentos y tendones, participar articulaciones pequeñas y sedentarios. En general, para trabajar con aquellas partes del cuerpo, donde rara vez se puede llegar, además de desarrollar la flexibilidad pasiva.
Bikram yoga. Cuando apareció esta corriente, sólo un perezoso no hizo una pregunta acerca de su seguridad. El hecho es que las asanas se realizan en una habitación calentada a 38-40 grados centígrados y con una cierta humedad. Se cree que el bikram yoga es eficaz para perder peso, elimina la hinchazón. Pero antes de apuntarse a las clases, consulte a su médico: el esfuerzo adicional para el corazón no es para todo el mundo.
Yoga para embarazadas. Ayuda a las futuras mamás a deshacerse de la toxicosis o al menos a reducir sus síntomas, alivia la hinchazón y pesadez de piernas y, lo más importante, fortalece los músculos de la espalda y el suelo pélvico, lo que facilita el parto. Por supuesto, la decisión de hacer o no ejercicio debe tomarse sólo junto con el médico que lleva el embarazo.
Lo que necesitas para hacer ejercicio

Una esterilla cómoda: de goma, con buen agarre, suficientemente grande. El grosor de 5 mm está bien para casa, para ir al estudio es mejor una esterilla más fina, de 3 mm.

– Taza/botella con agua.
– Ropa cómoda hecha de materiales transpirables, que no restrinjan los movimientos, al mismo tiempo que no rocen y no resbalen si te pones, por ejemplo, a cuatro patas.
– Cinta para el pelo.